28 de Agosto, 2009 - A 70 km de la capital federal se respiraba aire de campo. La brisa mañanera en un clima casi primaveral acompañaba a la gente de Uribelarrea que esperaba sobre la ruta 205 la llegada de las reliquias de Don Bosco.
A las 9.40 de este viernes 28 de agosto el camión que la transportaba asomó en el horizonte y una inmensa alegría inundó el pueblo. Bocinas y cantos se escuchaban y así se inició la caravana hasta la estación de ferrocarril del pueblo, donde el “Centro Tradicionalista Don Bosco”, integrado por más de 50 caballos y jinetes se sumó a la peregrinación hasta la plaza central del poblado.
Allí repicaban las campanas de la Parroquia Nuestra Señora de Luján, fundada por Miguel Uribelarrea en 1890, en honor a su esposa fallecida Manuela Feliú y Azcuénaga. El Padre Obispo de Gregorio de Laferrere Juan Horacio Suárez y su vicario, Martín Moyano, exalumno salesiano, junto con los párroco vecinos, recibieron la imagen en la puerta del templo, encendieron el cirio pascual y presidieron una pequeña celebración de recibida, en la que estaban presentes todos los colegios de Uribelarrea, desde los más pequeñitos hasta los mayores.
Finalizado este acto, la urna de Don Bosco, con la compañía de los caballos y los autos se dirigió a la Escuela Agrotécnica Salesiana, sitio en que fue recibida por los alumnos del colegio en un cordón de unos 100 metros aproximadamente, que iba desde la ruta hasta la entrada del gimnasio, en el que se llevó a cabo la misa que presidió Monseñor Suárez, y concelebraron Monseñor Moyano, el Padre Inspector Horacio López, la comunidad salesiana y los párrocos vecinos. Los chicos cantaban alegremente “Salve Don Bosco Santo” en lo que fue la espera y recibida del Padre y Maestro de la juventud, como reconocimiento de la figura y ejemplo de Don Bosco.
Luego las actividades, continuaron con el momento de oración, reflexión personal y grupal de alumnos, exalumnos, docentes, personal de la Casa y familias llamado “Encuentro con Don Bosco“. También estuvieron presentes los vecinos de Cañuelas y Lobos.
Una vez más Don Bosco demostró estar vivo en la comunidad e invitó a que renovemos el compromiso salesiano por el bien de los jóvenes, en especial de los más pobres y necesitados.
A las 9.40 de este viernes 28 de agosto el camión que la transportaba asomó en el horizonte y una inmensa alegría inundó el pueblo. Bocinas y cantos se escuchaban y así se inició la caravana hasta la estación de ferrocarril del pueblo, donde el “Centro Tradicionalista Don Bosco”, integrado por más de 50 caballos y jinetes se sumó a la peregrinación hasta la plaza central del poblado.
Allí repicaban las campanas de la Parroquia Nuestra Señora de Luján, fundada por Miguel Uribelarrea en 1890, en honor a su esposa fallecida Manuela Feliú y Azcuénaga. El Padre Obispo de Gregorio de Laferrere Juan Horacio Suárez y su vicario, Martín Moyano, exalumno salesiano, junto con los párroco vecinos, recibieron la imagen en la puerta del templo, encendieron el cirio pascual y presidieron una pequeña celebración de recibida, en la que estaban presentes todos los colegios de Uribelarrea, desde los más pequeñitos hasta los mayores.
Finalizado este acto, la urna de Don Bosco, con la compañía de los caballos y los autos se dirigió a la Escuela Agrotécnica Salesiana, sitio en que fue recibida por los alumnos del colegio en un cordón de unos 100 metros aproximadamente, que iba desde la ruta hasta la entrada del gimnasio, en el que se llevó a cabo la misa que presidió Monseñor Suárez, y concelebraron Monseñor Moyano, el Padre Inspector Horacio López, la comunidad salesiana y los párrocos vecinos. Los chicos cantaban alegremente “Salve Don Bosco Santo” en lo que fue la espera y recibida del Padre y Maestro de la juventud, como reconocimiento de la figura y ejemplo de Don Bosco.
Luego las actividades, continuaron con el momento de oración, reflexión personal y grupal de alumnos, exalumnos, docentes, personal de la Casa y familias llamado “Encuentro con Don Bosco“. También estuvieron presentes los vecinos de Cañuelas y Lobos.
Una vez más Don Bosco demostró estar vivo en la comunidad e invitó a que renovemos el compromiso salesiano por el bien de los jóvenes, en especial de los más pobres y necesitados.
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