
La travesía fue hermosa, la balsa de Don Bosco iba acompañada de barcas de pescadores, más el espectáculo de la multitud en los márgnes del río esperando. Literalmente, Don Bosco paró a la ciudad de Penedo, a toda la diócesis.
Don Valerio Breda, ex-inspector salesiano y ahora obispo de esta diócesis fue quien organizó esta gran fiesta, y fue quien, junto con el prefecto de la ciudad, Alexandre Toledo, dieron la bienvenida oficial.
Después se hizo un desfile de automóviles hasta el Santuario de la Auxiliadora en la periferia de la ciudad, a donde acudió todo mundo, pues expontaneamente, los mismos carros, motocicletas y autobuses llevaban a toda la gente que no tenían transporte propio.
La Eucaristía se celebró al aire libre dado el gran número de fieles, a pesar de que luego comenzó la lluvia, no dejó de afluir gente para venerar a Don Bosco.
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