(León, Guanajuato - 23 de agosto de 2010)  - La anécdota cuenta que cuando el 5° Sucesor de Don Bosco, el Rector  Mayor Don Renato Ziggiotti, visitó la ciudad de León en el año 1956,  cuando aún no había Salesianos de Don Bosco en esta ciudad sino  Salesianos Cooperadores, quedó sorprendido por la devoción y el cariño  del pueblo leonés a Don Bosco por lo que exclamó "Es verdad que en Turín  está el cuerpo de Don Bosco, pero aquí en León está su corazón". Desde  entonces León, Guanajuato, es reconocida en el México Salesiano como la  ciudad en la que está el Corazón de Don Bosco, por ello, la visita de la  Reliquia Insigne de San Juan Bosco era esperada con gran expectación en  esta gran y pujante ciudad del Bajío mexicano. La reliquia llegó a León  procedente de la ciudad de Querétaro y después de haber hecho dos  escalas para visitar a sus devotos de las ciudades de Celaya e Irapuato.
La partida de Querétaro se verificó  hacia las 3 am entre los gritos de despedida de los fieles que habían  pasado la noche en veneración de la Reliquia de Don Bosco. La cita en la  Ciudad de Celaya estaba fijada a las 4 am, nos esperaban el obispo de  la diócesis de Celaya, Mons. José Benjamín Castillo Plascencia,  sacerdotes diócesanos, así como el grupo de Salesianos Cooperadores de  la ciudad y devotos de San Juan Bosco que habían estado en velada de  Oración desde la noche anterior preparándose para la llegada de la  Reliquia de Don Bosco. En el momento en que el vehículo que transporta a  Don Bosco arribó al auditorio Tres Guerras se desató la alegría  contenida, apenas duró una hora pero fue suficiente para que los  presentes alcanzaran a pasar brevemente frente a la figura del Santo.
De Celaya la Reliquia continúo su camino  hacia Irapuato donde también era esperada por el obispo Mons. José de  Jesús Martínez Zepeda y los fieles de Irapuato que deseaban estar cerca  de la Urna pero era tal la cantidad de personas que prefirieron que Don  Bosco recorriera la ciudad por la avenida principal expuesta en una grúa  descubierta para que fuera vista por los que la esperaban. El obispo  aguardaba para darle la bienvenida en la Templo de San Juan Bosco junto  con una multitud de fieles que, después del paso de la Reliquia,  celebraron la Eucaristía. Igual que en Celaya, Don Bosco sólo estuvo una  hora en Irapuato porque era esperado con ansiedad en León.
Finalmente fue trasladado al Templo de  San Juan Bosco, donde miles de personas llegaron a venerar a San Juan  Bosco, durante la tarde-noche. Actividades festivo-culturales se  llevaron a cabo como la cantata "hacedor de sueños", bailes artísticos y  un majestuoso mariach que interpretó piezas musicales que amenizaron y  animarón la tarde.
Durante toda la noche, miles de personas  visitaron y veneraron la reliquia, grupos eclesiales de diversas  comunidades parroquiales, así como visitas personales para estar un  instante ante el Santo de la Juventud.
 
 
 
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